Voy a comenzar esta saga de tribus urbanas por una de las más numerosas e intolerantes. Hoy hablaremos de los pijos. ¡Osea, qué fuerte, tía!
Seguro que ya los conoces, hoy en día son casi el 40% de la población menor de 25 años. Proliferan como setas, y eso es lo que los hace tan surrealistas.
Me explico. Existen dos tipos de pijo, principalmente. El primero no molesta a nadie, es un tipo adinerado, de familia rica, que sencillamente, como tiene dinero, viste con ropa cara o de marca. Estos son incluso buenos tipos (algunos). Tienen su nivel de vida y punto, no se creen superiores ni hablan con intención de demostrar que son más "guays" que tú.
Pero claro, toda moneda tiene dos caras. Y la otra cara de esta moneda es, como poco, pintoresca (sino directamente gilipollesca).
El pijo de barrio, o pijus bulgaris, es un tipo de clase media/media baja que en su absoluto miedo al rechazo se camufla de lo más popular que pueda encontrar. Vamos, que visten con la misma ropa todos (siempre digo que parecen hechos con un molde con los cocodrilos, los tíos jugando al polo...), llevan todos el mismo peinado (si ese de la honda en la cabeza con la puta rayita al lado), el mismo reloj... bueno ya me entendéis. Lo mas chocante de esta historia es que no sólo son como copias de sí mismos, sino que parecen actuar como si tuviesen una "mente enjambre". Esto se explica en dos partes: la primera es que su "núcleo de decisión" no es otro que la televisión en esos ratos en los que ningún ser individual en su sano juicio le presta la mas mínima atención (el tomate (y sucedáneos), los hombres de Paco, hermanos policías, sabes mas que un niño de primaria, supermodelo, operación triunfo , gran hermano (menuda forma de pervertir el título de un buen libro), factor x....). La segunda parte de la explicación es a un nivel mas bajo, las experiencias de cada individuo son compartidas hasta el más mínimo detalle con su entorno de relación de nivel 1. Obviamente, dicha información pasa al nivel 2 tergiversada, y al 3 ya ni te cuento. El efecto, es que todos parecen saber acerca de todos.
Si sólo fuesen normales, no molestarían a nadie, pero son etnocentristas a más no poder, y si algo no es como se supone, lo machacan a indirectas. Ésto, unido a que son un fango que empantana toda la sociedad con estupideces y anula el desarrollo y posibilidades de las buenas ideas sometiéndolas a modas, hacen de los pijos una lacra de la que no nos podemos librar.
Como diría cierto amigo: "¡Mierda!, he vuelto a pisar otro pijo."
PD: Espero que os guste este relato, me he tirado 5 días confeccionándolo. En unos días sacaré la segunda parte...
Hasta la próxima!!
4 comentarios:
Jajaja!!
Siempre q pienso en pijos me acuerdo de los enormes "Gigatron"
Y como dirían ellos: ¡¡Pijo, rufian!!
Joe, eos de "mente enjambre" te lo has currao.
jajajajaja...ya lo he dixo, este post me lo he currao durante 5 días!!
Ja, ja, ja. A mí también me ha molado lo de "mente enjambre" y también lo de "he vuelto a pisar a otro pijo".
Si, se nota que te lo has currado.
Publicar un comentario