Los habitantes de las islas tailandesas Phi Phi y la región costera de Khao Lak fueron atraídos a la playa por risas y cantos de turistas, y sólo encontraron silencio y oscuridad.
Un taxista dijo haber llevado al aeropuerto a un extranjero y a su novia tailandesa y luego darse cuenta, al mirar por el retrovisor que el asiento trasero de su vehículo no había nadie.
Las personas que cuentan estas historias, que fueron recopiladas por la cadena de noticias AFP, coinciden en confesar que están más aterrorizados por los fantasmas de los miles de muertos por el maremoto, que por la idea de un nuevo tsunami.
Unos guardias de un pequeño centro comercial de Patong dijeron que uno de ellos había renunciado a su puesto, después de haber escuchado a una mujer extranjera pidiendo ayuda durante toda la noche.
Estas historias de almas errantes se han multiplicado, como la de una mujer extranjera que recorre la playa durante la noche llamando a su hijo desaparecido.
La gran mayoría de los tailandeses son extremadamente supersticiosos, creen, por ejemplo, que los grandes árboles esconden fantasmas.
También tienen en algún rincón de sus casas o de sus jardines una "casa de los espíritus", creyendo que las ofrendas cotidianas de alimentos y bebidas alejan todo fenómeno paranormal.
PD: Visto lo visto, tendremos que mandar enviados especiales a investigar el asunto, quizás Iker Jiménez que es un experto consumado en estos casos (Leed "Enigmas sin Resolver", es un libro espectacular).
FUENTE: www.planetaoculto.com
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