«Mi presencia en esta rueda de prensa es para comunicar a la afición blanquinegra que mi etapa como accionista mayoritario del Club Deportivo Badajoz ha terminado». Así comenzaba su intervención Eloy Guerrero el día en el que la centenaria entidad pacense tomaba un nuevo e ilusionante rumbo. Un grupo de empresarios estrechamente vinculados al fútbol ha llegado a un acuerdo con el hasta ayer propietario para el traspaso de una cantidad próxima al 66 por ciento de las acciones que controlaba por medio de la sociedad 2004 Éxitos Unidos.
La identidad de este grupo inversor que se ha hecho con este importante capital social a través de una sociedad dirigida por un administrador único no fue desvelada, aunque la presencia de Carlos Uriarte como impulsor, enlace y portavoz es aval suficiente para que la siempre entusiasta masa social blanquinegra aguarde con gran expectación esta nueva etapa. El ex presidente del Badajoz en el periodo entre 1979 y 1982 pidió comprensión por no facilitar más datos y emplazó a su presentación oficial en diez o doce días, una vez que el Consejo Superior de Deportes aprobara la operación. «En estos momentos preferimos no dar nombres porque todo transcurre por un cauce legal y tiene que estar totalmente cerrado en el CSD. Cuando se eleve a público el cambio de propiedad se conocerán sus nombres», precisó. La Ley de SAD concede al máximo organismo deportivo competente un plazo de hasta tres meses para responder a la petición de transmisión de acciones entre dos sociedades.
El Badajoz recobra la vida. Cinco años después de tener colgado el cartel de 'se vende', Guerrero traspasa su paquete accionarial. Este tiempo ha estado batiéndose en solitario contra molinos pasa a un segundo plano, pero deja el club en buenas manos. Se marcha dolido, sobre todo con el Ayuntamiento. «Su falta de interés es lo que me ha calado más hondo. He llegado a pensar que esta animadversión al Badajoz era por Eloy Guerrero y por eso me voy. Me marcho desilusionado, pero no fracasado y con la cabeza muy alta. Vine para ayudar a base de trabajo y poner dinero donde otros dejaron deudas».
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Desde luego hay una cosa clara, si con esta venta se acaban los problemas económicos y todos los jugadores reciben su mensualidad sin falta, el equipo funcionará aún mejor de lo que lo está haciendo.
Y, sobre todo, con un hipotético ascenso de categoría, la deuda que tiene el Badajoz desde hace años, según parece tendría 5 años para saldarla por lo que habría tiempo para limpiar la ponzoña de las arcas del club y pensar en metas mayores.
De momento, hay que ir pasito a pasito, asegurarse el primer puesto del grupo extremeño y después a pelear por el ansiado ascenso.
¡Aupa CD Badajoz!
Volveremos, volveremos otra vez...
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