Esto es una catástrofe, ayer un madridista de los pies a la cabeza se echó a llorar en plena rueda de prensa. Con su melena rubia más brillante que nunca, con la carita de no haber roto un plato en su vida y vestido de niño de bien, se despidió Michel Salgado.
De todos es sabido que, "Il due" o "Malulo", no estaba para jugar en el Madrid desde hace varios años. Pero tampoco hay que negarle varios puntos a favor. Durante estos 10 años vistiendo esta gloriosa camiseta, el Hijo del Viento ha dado una lección de madridismo, de sentir la camiseta, de ser un profesional como la copa de un pino y, de no quejarse cuando no jugaba, de sinceridad con los medios en las buenas y en las malas y, sobre todo, de dejarse todo en el campo.
Se va con un buen saco de títulos, entre los que destacan 2 Champions y, aunque su rendimiento en los últimos 3 años ha sido ninguno, será recordado por el madridismo como uno de los mejores laterales que ha tenido el Real Madrid en su historia.
¡Adiós Miguel Ángel Salgado Fernández!
P.D: Después de los palos que le he dado a Salgado, aún no me creo que le haya dedicado un post. Y lo peor es que encima es mentira, ya que es el segundo que le dedico.
6 comentarios:
Si sq en el fondo le vas a tener cariño y todo... jejejeje
Es que me da pena que se despida así. A Cannavaro le hicieron hasta la vuelta de honor y a Don Miguel ni siquiera le dejaron despedirse de su afición. Espero que rectifiquen y le dejen jugar el Trofeo Bernabéu para que pueda despedirse como lo que ha sido, un grande de la historia del Madrid.
Ahí se va alguien que se hizo famoso por partirle la pierna a otro jugador.
Que triste...
Me parece injusto recordar la carrera de un jugador por la lesión que le provocó a otro. En el fútbol pasan estas cosas y en muchos partidos caen lesionados jugadores.
No creo que a Figo se le recuerde sólo por la entrada que le hizo a César, y a ese le retiró del fútbol.
Pues mira, yo no recordaré a Michel por la patada, sino x lo que hizo a continuación. En vez de levantarse y pedir disculpas a Juninho, hizo su gesto favorito: señalar el balón con el dedo, como si no hubiera tocado al rival.
Que yo sepa, el melenas este no hizo nada ni antes, ni después de aquella lamentable patada.
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