"Se trata de una pareja que ha intentado robar huevos de otras, algo que fue descubierto por un cuidador, y se ha decidido encerrarles en otro recinto", señaló una de las portavoces del zoo, Cheng Yang. Según Cheng, es bastante fácil que en un intento de robo el huevo se rompa, lo cual añade riesgos innecesarios a un proceso reproductivo que en los pingüinos no es nada sencillo, y menos todavía en cautividad.

El pasado año, tras muchos intentos fallidos -incluso en libertad, sólo del 20% de los huevos de los pingüinos acaban saliendo polluelos- el zoo de Harbin logró que naciera un ejemplar, que fue bautizado con el nombre de Manbo y se ha convertido en la mascota de la ciudad.
Este año, las hembras han puesto tres huevos, por lo que las esperanzas de que el grupo vuelva a tener descendencia han regresado, pero el intento de robo ha traído turbulencias al proceso. Manbo fue el primer pingüino antártico nacido en una ciudad no costera.
Los pingüinos machos suelen ser los encargados de incubar el huevo -unos 35 días- después de que éste es puesto por la hembra, y según Cheng hay un 70% de posibilidades de que durante el largo proceso se rompa el huevo. Los pingüinos suelen ser animales fieles, que mantienen la misma pareja durante toda su vida, por lo que los cuidadores del zoo han decidido mantener juntos a los dos machos.
PD: Lo que no pase en China...
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