De aguas oscuras debido a la gran cantidad de turba, y con una extensión de 37 km² , el lago Ness es el de mayor profundidad de toda Escocia (226 m. en su parte más profunda). Dicen que además contiene mucha más agua dulce que todos los lagos de Inglaterra y Gales juntos. Se trata, sin duda, de uno de los pulmones del mundo. Aunque, para bien o para mal, no es este el principal atractivo que atrae cada año a miles de visitantes, periodistas, y marineros.
Y es que, un ser de poco más de tres metros de longitud, es capaz de hacer sombra a 37 km². Un ser que, según la leyenda, el folklore, legajos y algún que otro testimonio, vive bajo las profundas y oscuras aguas del lago. Un ser al que la tradición ha bautizado como Nessie, el monstruo del lago Ness. Algunos estudiosos aseguran que, si los testimonios de avistamientos fueran ciertos, la criatura debe tratarse de un plesiosaurio; una criatura acuática prehistórica, de la era mesozoica.
Sin embargo, existen ciertos estudios que derriban la teoría de que un plesiosaurio pueda mantenerse vivo bajo las aguas del lago. Por ejemplo, este no es lo bastante grande ni productivo para poder mantener una biomasa que a su vez sea capaz de mantener a la criatura. Además, el lago fue originado mediante una glaciación geológica relativamente reciente, y se mantuvo congelado durante la era de hielo.Por otro lado, la forma que dan algunos testigos que aseguran haberlo visto fuera del agua, no concuerda con la que tendría el animal prehistórico. Es el caso de Alfred Cruickshank, que afirmó haberse cruzado con un extraño ser, mientras conducía dentro de su vehículo por una carretera limítrofe al lago la mañana de un día de abril de 1923, y que el este era semejante a un elefante de 3 m. o 3.5 m. y de lomo arqueado.
Si nos remontamos al primer avistamiento, o a la primera mención a la criatura acuática del lago Ness, debemos retroceder casi dos siglos, cuando San Columba asegura haber salvado la vida de un hombre que estaba siendo atacado por un monstruo que había salido del río Ness.
Sin embargo, la primera descripción moderna del “monstruo” llega en 1868 de la mano del diario Inverness Courier, que asegura la existencia de un “pez o enorme criatura que habita en la profundidad de las aguas”. Otros periódicos de la época, también hablaban del tema, salvo que bajo otra óptica… Creían que se trataba de kelpies, unos seres fantásticos que pertenecen a la cultura griega, que viven bajo el agua y que se aparecerían a los humanos en forma generalmente de caballo. Estos seres son realmente propios de los lagos escoceses, y su naturaleza es puramente maligna.
Estudios antropológicos aseguran que muy probablemente el origen de Nessie proceda de estos seres mitológicos. Para otros se trata de simples pareidolias, es decir, trucos de la mente que nos hacen ver, por ejemplo, dragones en las nubes, o en este caso, un monstruo marino donde solo hay troncos de árboles flotando.Lo cierto es que en pleno siglo XXI nadie sabe el origen de Nessie, ni tan siquiera puede probar su existencia. Pero tampoco nadie puede negar la riqueza de una historia que podría ser real, ni negar tampoco su belleza…
Los estudios continúan a día de hoy, y las investigaciones no cesan. Y tampoco hay nadie que visite el lago Ness sin ser capaz de imaginar a ese ser, Nessie, inmerso en la negrura de las aguas y aislado de este mundo… Un mundo que sigue preguntándose si es suya la sombra que se refleja sobre el horizonte en algunos fotogramas, y que es capaz de recorrer kilómetros en su búsqueda.